Descripción
Una mujer inquietantemente atractiva aborda, por alguna razón que no acaba de desvelar, al profesor Juan Zaldaña en un curso de verano. Es la noche de san Lorenzo, y ambos terminan en un acantilado mirando las estrellas. La conversación fluye, y va conduciendo al profesor a los remotos veranos de su infancia y su adolescencia en la casa familiar de Pinos de Duero, como si cada estrella fugaz, al tiempo que lo acerca al cuerpo y al alma de la intrusa, fuese un testigo legado de aquel paraíso en el que todo estaba entero, en el que no había muertos y no se había descompuesto el etéreo material del que está hecha la nostalgia. En el escenario de aquellos anchos veranos sin calendario se van cruzando las historias de dos generaciones: la de quienes habían vivido la guerra y transitaban, como España misma, desde la pujanza de su madurez y la quietud estable del régimen franquista, a su deterioro por envejecimiento; y la de sus hijos, que iban buscando con naturalidad su lugar en el mundo.
Cuando siempre era verano no sólo es una impetuosa invitación a mirar atrás y dejarse alcanzar por el propio pasado. Es, también, la recreación sin simplificaciones de aquella España de los 60 y 70 que empezaba a agrietarse con mucha menos resistencia que la que parecía prometer la entereza de la casa de Pinos de Duero donde fueron posibles tantas mañanas, tardes y noches de plenitud.
AUTOR: Miguel Pasquau Liaño
324 páginas
Tapa dura
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